martes, 4 de agosto de 2009

Pensamiento de un mendigo.




Es la tercera vez que leo esta noticia.
Ni me impacta ni me interesa del todo.
Hace mucho que dejé de tener interés por lo que pasa en el mundo.
Hace mucho que ni siquiera estoy seguro de cuánto interés tengo que tener por mi vida... y hace mucho que no sé qué hacer con ella.

Sólo busco que el tiempo acontezca... porque no sé ya que hacer con él.
Hay tantos recuerdos que me abrazan y me dejan atado, que me urge beber para olvidar. Quiero olvidar para dejar de sentir.

¡No sé quién soy!
Me encuentro tan perdido de mí...
Me debato entre dos vidas sin saber distinguir cuál de las dos es real.

No sé qué pensar (ni sé si debo pensar) cuando pienso.
Y no sé si seguir pensando en aquel extraño que una vez fui ó si reflexionar sobre el extraño que ahora soy. ¡Y es que no quiero a ninguno de los dos!
Uno ha sido juzgado y declarado responsable de mi presente existencia, y el otro es un cobarde incapaz que sólo mira atrás.

Encuentro el límite de mi cordura y conozco la intimidad de mi locura.
Es la incomprensión de todo lo que rodea mi vida,
Es la falta de lógica pero la completa razón, ambos representando un porqué, ambos jugando y suplantando MI porqué.

Hoy me queda la complicidad de algunos, la pena y caridad de otros, y la gran indiferencia de casi todos los demás.

Valora todo lo que tienes y valora también cuando veas al que no tiene.
Créeme que Yo no me imaginé en esta esquina, ni cambiando de esquina.

3 comentarios:

Gino Cassini dijo...

Pues bien sabes que si mendigas tendras la indiferencia. Parece que ya nadie tiene la fuerza para regalar sueños ni esperanzas. Cambia de esquina, pero no tan rápido, que en el proceso te puedes acordar que en la esquina anterior te fue mejor, y es allí donde los problemas realmente empezaran.
Me gusto tu post

Héctor dijo...

Que duro texto Monica.
¿Cómo así te inspiraste para escribirlo?
Me ha hecho recordar las novelas de León Bloy y Dostoievski. Ambos testigos de la más baja miseria humana y a la vez capaces de hacer brillar luz donde solo reina oscuridad y dolor.
Héctor

Anónimo dijo...

Debemos pasar un infierno antes de llegar al paraiso.
Solo las cicatrices del pasado nos recuerdan q el dolor fue real, como el presente y los sueños q se lanzan al viento.Hoy y mañana sera ayer.
Tu destino se encuentra doblando cualquier esquina.