martes, 25 de noviembre de 2008

sirena varada



No es fácil comenzar a dirigir la vida de uno, hacia uno mismo...

Toma tiempo.


Quizás fue una situación un poco forzada por las circunstancias, y hasta el día de hoy estas circunstancias son duras. Me cuestiono aún si debe de ser así ó no, y si algún día lo sabré. Si es que fue una decisión correcta, si es que fui débil, si es que, si es que... creo que para siempre si es que...


Es un cambio. Es difícil. Duele mucho.
Y de repente: cambia todo.
Ni sé cuando exactamente, sólo se que de negro a gris y de gris a blanco. Comencé a darme cuenta de muchas cosas y a valorar esas circunstancias que en un principio repudiaba.
Me estoy encontrando conmigo misma, algo a lo que siempre le tuve miedo, y hoy, enfrento con muchas ganas y valentía. ¡Gran sorpresa!, costó enfocarla, pero hoy es mi meta y me encanta levantarme en las mañanas con ella.


Queda mucho camino... (y no siempre es agradable, pero es agradable que no lo sea también).

Disfruto de estar conmigo, no sé si es correcto definirlo ó no como soledad, porque la verdad es que sola no me siento. Me siento acompañada de mí, y me gusta mucho sentir eso. Es la primera vez en mi vida que lo disfruto de verdad y eso me da mucho equilibrio y mucha tranquilidad... paz interior? todavía... ¡imposible!... soy un terremoto hasta ahora, y la verdad es que no sé si algún día descansaré de ello.


Creo, en la necesidad de las personas de tener que afrontar situaciones difíciles para crecer. Afrontarlas de verdad, mirarnos en el espejo y ver la realidad, la dura realidad... mezquina y mala a veces pero no huir de ella. No escondernos. Aprovecharla, comprender que hay que encontrarle el lado positivo a las cosas... y comenzar a conocernos.

Creo, que si las personas lograsemos controlar eso, podríamos decidir exactamente cuándo y qué queremos, sin que llegue a ser algo que esté friamente calculado, sino una simple corazonada... algo que nos dice que ya nos conocemos, y que nos intuye por donde hay que ir. No quiere decir que haya menos riesgo de equivocarnos, de cagarla, de sufrir de nuevo... nada quiere decir nada. Pero la satisfacción de tomar una decisión a plena voluntad es muy grande.

Estoy convencida que si lo lograse (difícil es... imposible? no lo sé) alcanzaría de algún modo la plenitud. No absoluta, porque para ella requerimos de muchos factores externos, muchísimos, pero si pienso que las personas debemos de pasar por un momento de soledad, acompañadas de uno mismo, para conocernos y así, luego que hayan terremotos cuando tengan que haberlos, y que haya tranquilidad cuando sea requerida.


No paro de pensar, no paro de analizar todo lo que me está pasando, quiero absorberlo para poder crecer de esta experiencia. No quiero cerrarme a nuevos encuentros y a mi próxima etapa, me abro entera porque creo que es la única manera de curarme de todo por completo.


Es un viaje largo, duro y muy introspectivo. Espero que termine de la mejor manera, sé que llevo conmigo todas las armas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Griacias porque al leer tus palabras, me paró a pensar y reflexiono sobre mis problemas, mis circunstancias. Sobre mi tristeza y mi alegría.
Te parecerá increible pero tu párrafo me ha servido hoy de una pequeña terapia.
Gracias Moni

Anónimo dijo...

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Nicolás dijo...

PETIS TERAPEUTA!!!
todavía no leo bien porque está bien largo pero ya después leo ya??

Anónimo dijo...

es bueno aprovechar todo lo malo (?? - q es malo? lo q pasa ahora, o lo q uno sera al final?) q le pasa a uno para aprender, conocerte, y crecer-evolucionar
al final, o despues de hacerlo, no seras dios, pero seras un poco mas de lo q eras antes
no es facil, pero se aprende .... se aprende de uno mismo y se aprende a reaccionar a situaciones similares o analogas ... y te da tranquilidad para futuros problemas (?? - q es un problema?)
asumir lo q uno es, en cada momento, independientemente de los esfuerzos q uno encamine para cambiar, es algo q no hace fuertes.

Anónimo dijo...

nos hace fuertes

Anónimo dijo...

Mucha fuerza y animos de un transeute y fugaz amigo.